miércoles, 2 de noviembre de 2016

La evolución de las enzimas en la alimentación animal

A pesar de que la primera enzima exógena se sintetizó en 1969, hace menos de treinta años que las enzimas se emplean en nutrición animal. Su objetivo original era degradar los denominados factores antinutricionales de los cereales utilizados en alimentación animal, como el trigo, la cebada y el agropiro. Estos cereales, cuando se usan como fuente primaria de carbohidratos en las raciones, son menos digeribles y nutritivos que otros como el maíz y el sorgo, por lo que solían provocar un descenso del rendimiento.



Breve historia del uso de las enzimas en la alimentación animal

Las primeras enzimas desarrolladas por el sector biotecnológico fueron las xilanasas y las beta-glucanasas. Su función era la de degradar los polisacáridos no amiláceos, que constituyen la fracción fibrosa del grano de cereal. Estas enzimas reducen la viscosidad del grano no digerido en el intestino. Los primeros ensayos demostraron que la incorporación de enzimas exógenas a las dietas a base de trigo mejoraba la digestibilidad en los animales monogástricos. Estos primeros estudios también ayudaron a los científicos a entender el mecanismo de acción de estas enzimas y posibilitaron el desarrollo de nuevas enzimas capaces de actuar sobre una mayor variedad de sustratos.


Al inicio de los años 90, el principal tema de conversación entre nutrólogos e investigadores giraba en torno a lo que ellos consideraban el inevitable declive de las fuentes de fósforo en el pienso. La industria de los aditivos y los suplementos reaccionó con rapidez ante el problema y emprendió la búsqueda de enzimas capaces de liberar más fósforo a través de una molécula que normalmente no está presente en los animales de producción: el fitato.



La fitasa fúngica es capaz de descomponer químicamente el fitato y liberar así fósforo adicional en el pienso destinado a los cerdos y las aves. Si bien las matrices nutricionales de fitasa no estuvieron consolidadas hasta el 2000, ya mostraron en sus inicios buenos valores de fósforo del 0,05% y un máximo del 0,10% de fósforo disponible.


Las ventajas de las enzimas

Aunque todavía hay algunos segmentos del sector porcino y avícola que no usan enzimas exógenas, el auge experimentado por el mercado de estos aditivos es notable. Puesto que las enzimas mejoran la digestibilidad de los ingredientes vegetales del pienso, aportan un beneficio económico inmediato para el ganadero. Su empleo ha permitido a los productores mejorar aún más los índices de conversión, la uniformidad de los lotes y rebaños y la eficiencia de los molinos al necesitar comprar y procesar menos cereal.


Con todos esos beneficios al alcance del productor, el sector de la nutrición animal dedica cada vez más esfuerzos al estudio de las aplicaciones técnicas de las enzimas a fin de seguir optimizando la producción animal.




Actualmente se investigan los efectos de la degradación de diferentes sustratos, diversos métodos para la producción de las enzimas, sus efectos epigenéticos sobre la formación y el desarrollo del intestino, su interacción con la microbiota y la salud intestinal, así como sus efectos directos e indirectos sobre el sistema inmunitario. Es de prever que el avance en el conocimiento de las enzimas traiga consigo una revolución en el modo en que alimentamos a nuestros animales.


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