martes, 11 de julio de 2017

Minerales en ovino II

En el artículo publicado la semana pasada sobre los minerales en ovino I, aportamos una visión general de la importancia de controlar un conjunto de soluciones y suplementos minerales en ganadería. En este artículo, como continuación del anterior, se muestran una serie de aspectos de gran relevancia a la hora de prevenir enfermedades y carencias en ovino.

Minerales y enfermedades ovina (II): Parásitos y minerales, 

inconvenientes de los bloques y disponibilidad mineral 


Los parásitos y los minerales


Muchos ganaderos consideran a los gusanos como parte de la crianza ovina y los atacan como si fueran el enemigo a combatir. Si bien sus efectos perjudiciales son innegables (en ciertos casos incluso mortales), la erradicación total no es un objetivo razonable. Las ovejas sanas no presentan niveles altos de infestación, cosa que facilita mucho la labor del ganadero. Restablecer y mantener el buen estado de salud es una de las principales prioridades cuando se combaten los helmintos parásitos y, en eso, los minerales tienen mucho que decir.


El cobre es uno de los primeros minerales a contemplar cuando se habla de parásitos, puesto que su empleo en forma de partículas de óxido (COWP) permite acabar con ciertos tipos de helmintos (sobre todo con Haemonchus contortus, responsable de la hemoncosis ovina). Sin embargo, las necesidades de cobre de las ovejas deben evaluarse cuidadosamente antes de optar por suplementos adicionales con este mineral.

El papel del selenio en la función inmunitaria es importante a la hora de reforzar la inmunidad contra los helmintos y favorecer el restablecimiento después de una infestación. Los estudios con el cobalto revelan que los corderos que reciben aportes adecuados de este mineral presentan menores niveles de infestación y una ganancia de peso superior que aquellos que, en lugar de cobalto, reciben antihelmínticos con regularidad. Estos tres minerales no son los únicos relevantes para la salud, pero su deficiencia puede agravar los daños causados por los helmintos.

Inconvenientes de los bloques para prevenir las enfermedades ovinas

Aunque todos los mamíferos precisan básicamente los mismos minerales para presentar una buena salud, las necesidades del ganado ovino difieren de las de otros animales de granja. La oveja carece de dientes frontales en la mandíbula superior e inferior por lo que no puede roer con facilidad los bloques de minerales. Los bloques también tienen el inconveniente de que contienen sal y, dado que la oveja autolimita su ingesta, ello impide que roa el bloque con asiduidad, con lo que no aprovecha debidamente los demás minerales y oligoelementos que contiene, aunque sufra deficiencias graves.

Los minerales de los bloques tampoco se absorben fácilmente, puesto que los bloques suelen incluir Los potenciadores del sabor facilitan que las ovejas ingieran la sal enriquecida con minerales, pero la mezcla final no aporta los nutrientes necesarios, y un exceso de los que proporciona puede ser perjudicial y propiciar un aumento de las enfermedades ovinas.

Los bloques minerales (y muchos otros tipos de suplementos) contienen sobre todo sal, pero también aditivos que refuerzan el sabor y conservantes.


La disponibilidad de los minerales

La forma en que se suministran los minerales reviste importancia. Las formas elementales no son fácilmente digeribles en muchos casos. En la naturaleza, las bacterias y los hongos del suelo ayudan a las plantas a asimilar los minerales elementales y los modifican haciéndolos aptos para el crecimiento y mucho más digeribles para la oveja. Conscientes de ello, los fabricantes de suplementos minerales producen complejos minerales unidos a aminoácidos que mejoran su digestibilidad. Son los llamados “minerales quelados”.

Los minerales quelados presentan varias ventajas como su mejor digestibilidad y palatabilidad (gusto apetitoso). Dado que son fácilmente digeribles, en ocasiones hasta alcanzar el 100% de asimilación, ayudan a compensar las situaciones en que otros minerales interfieren con la absorción del mineral deficitario. 

Esta interacción afecta a todos los minerales y se convierte en un problema cuando uno de ellos no puede ser absorbido en absoluto debido al exceso desmesurado de otro que actúa como antagonista. 

Algunos ejemplos son el secuestro del cobre por un exceso de molibdeno o la eliminación del selenio provocada por el hierro.

Otras interacciones entre los minerales se convierten en un problema cuando la proporción entre dos minerales está muy desequilibrada. El exceso de sal desplaza el potasio (o viceversa) y el exceso de calcio no solo interfiere con los microminerales, sino que altera el equilibrio del magnesio y del fósforo. Algunos de los microminerales más comunes y ciertos macrominerales se pueden adquirir hoy en forma de quelato, una gran ventaja que facilita el aporte de las cantidades adecuadas para la oveja.



En el siguiente artículo hablaremos de la influencia que tienen los productos naturales y las vitaminas sobre la digestión del animal y de cómo lograr cubrir las necesidades nutricionales de las ovejas para prevenir y tratar las enfermedades ovinas.

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